viernes, 11 de enero de 2008

CAPÍTULO 1 (Post 1)

Los pies de Connor se movían más rápido de lo que jamás lo habían hecho antes. Tanto, que constantemente perdía la coordinación entre sus piernas y las rodillas le flaqueaban haciendo que todo su cuerpo se tambaleara y estuviera a punto de caer. Por suerte para él eso no había llegado a ocurrir. En aquel momento, perder velocidad, desfallecer o detenerse por el motivo que fuera podía ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Junto a él corrían media docena de personas más. No conocía a ninguna de ellas salvo a una mujer joven, que estaba unos diez metros por delante de él y a la que había visto alguna vez al ir a comprar a la tienda de comestibles del señor Greez. Nunca le había prestado mucha atención. Era solo una cara más de las muchas que un chico como él podía ver cuando hacía los recados. Sin embargo, aquella mujer era ahora el ser humano más próximo a él. Quizá la única persona conocida, si podía decirse así, que le acompañaría en los últimos compases de su corta vida.
Una ráfaga de disparos interrumpió los pensamientos de Connor haciéndole de nuevo perder el paso. Las lágrimas se le habían secado ya en las mejillas y respiraba como al final de una clase de gimnasia. No podría aguantar durante mucho tiempo más aquel ritmo. Además, y por si su situación no fuera ya lo bastante desesperada, el ruido de aquellas balas había servido para que el pequeño grupo se dispersara aún más, haciéndole perder de vista a tres de los que lo componían, entre ellos la única mujer a la que reconocía. Se sintió mal por ello pero en el fondo pensó que serviría para que sus perseguidores también se dividieran y por lo tanto aumentaran sus probabilidades de conseguir esquivarlos para siempre.
La sangre bombeaba ya en sus oídos como una alarma de su exhausto cuerpecito que avisara de estar llegando al límite de su capacidad física. El flato hacía ya un buen rato que había hecho acto de presencia. Ya no podía más. Tenía que detenerse. En su mente comenzó a fraguarse la idea de buscar un lugar donde ocultarse y así sobreponerse y recuperar el aliento, sin embargo, y a pesar de encontrarse en mitad de un bosque, ningún lugar le parecía lo bastante recóndito como para servir de escondite.
-Corre muchacho,… no te pares –le indicó entrecortadamente el hombre que tenía más cerca. Era un hombre mayor, de unos cincuenta y tantos años. Su aspecto no era el de una persona que estuviera en forma y su rostro estaba totalmente enrojecido. Sin embargo, no solo llevaba más de diez minutos corriendo a su lado, sino que apretaba el paso como si el suelo estuviera cubierto de brasas ardientes.
Apenas le había rebasado en cinco metros cuando el rugido de otra ráfaga cruzó el bosque y la cabeza de aquel hombre estalló parcialmente. Su cuerpo, empujado por la inercia de la carrera, continuó corriendo ocho o diez metros más antes de desplomarse y rodar hasta quedar extrañamente retorcido junto a las raíces de un árbol. Connor contuvo un grito al presenciar aquella escena que había tenido lugar ante sus inocentes ojos en apenas tres o cuatro segundos. Lamentablemente los suficientes para distraerle y no darse cuenta de que ante él emergían del suelo las nudosas raíces del mismo árbol junto al que ahora mismo se encontraba aquel hombre que había intentado darle aliento apenas hacía unos segundos.
El pie de Connor se trabó en la raiz y salió despedido hacia delante. Mientras volaba, pudo ver como a camara lenta se alejaban los pocos compañeros de huida que aún estaban dentro de su campo de visión. El golpe contra el suelo fue violento y notó como los brazos se raspaban y arañaban contra las piedras al proteger su cabeza en la caída. Cuando dejó de resbalar sobre las hojas se permitió un leve bufido y apretó los dientes para no gritar más alto. El golpe había sido doloroso pero en el fondo agradecía haberse podido detener.
Tendido en el suelo, con la mirada clavada en la tierra marrón y en las hojas secas, no se atrevió a moverse. Esperaba que en cualquier momento le sucediera como a aquel señor y un proyectil terminara de una vez por todas con aquella pesadilla. Al menos, no había oído gritar a aquel hombre. Admitía que haber visto su cráneo estallar de aquella forma era probablemente lo más horrible que había contemplado nunca pero, al menos, parecía una muerte rápida. Ahora solo podía esperar. Pensó en sus padres y en su hermana. Cerró los ojos y esperó.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando Connor volvió a abrir los ojos se maldijo. Se había desvanecido por el cansancio quedando a merced de sus perseguidores. Alarmado se incorporó y miro en todas direcciones en busca de éstos. No sabía cuanto tiempo había estado inconsciente, pero pudo comprobar que estaba solo, y libre aun. Por algún extraño giro del destino, sus perseguidores no estaban, y él no estaba dispuesto a quedarse en el suelo esperando que se aclarase el misterio. Sintiéndose como si lo hubiese arrollado un tren se puso en pie. Sintió un tremendo dolor en su pie derecho que casi le hizo caer de nuevo al apoyarlo. Empezó a caminar todo lo rápido que le permitían sus maltrechas piernas.

Una hora después consiguió llegar a un riachuelo. Sediento como estaba no se lo pensó dos veces y se arrojó sobre la fresca agua para saciar la sed. Entonces sintió un pestilente hedor que le revolvió las tripas. Levantó la vista en busca de un posible animal muerto cercano, pero el repentino y traicionero impacto que sintió en la nuca, fue lo que impidió que pudiera identificar la figura que un segundo antes vio reflejada en el agua, mientras se le acercaba por la espalda. Lo último que sintió Connor antes de perder el conocimiento por segunda vez ese día, fue el fuerte olor que emitía su captor mientras lo arrastraba con brusquedad por el suelo.

Carabiru dijo...

Guau!
Impactante, a ver el segundo capítulo.

Los comentarios son para sugerencias? para continuar tu historia?

El Gran C dijo...

Pablo/Carabiru: Bueno, los comentarios deben servir para hacer sugerencias e ir comentando la jugada. De alguna manera se tendrán en cuenta para modificar la historia.
No obstante, hay que reconocer que Pablo se lo ha currado en su continuación, así que respetaré parte de su texto en el siguiente post.
;)

tootels dijo...

cojonudo tu!!! te sigo y te enlazo al lector de feeds!!! Un saludo

Mar Goizueta dijo...

Ummm va interesante la cosa, habrá que seguir la historia para ver qué ocurre

Anónimo dijo...

ualaaaa

connor lo tiee claro, povre omvre!!!

bamos ha pensar hen algo. de momento sujerimos que la chica no yebe tatuada huna mariposa, por fi. despues de tragarnos "Soi lellenda" no podriamos soportarlo. uffff

vesissss!

El Gran C dijo...

TOOTELS: Me alegra que te guste. Veremos durante cuanto tiempo podemos mantener el suspense ;)

MAR: pues a leer la segunda entrada :)

RUVIS: vaya pedazo de spoiler me acabais de meter... ¡que yo no he visto la peli! :'( Bueno, os lo perdono por ser vosotras :)

Thiago dijo...

Eh, ya veo de donde salió tu blog...? jaja

Hacer aportaciones..? voy a meterme mas en la historia a ver el segundo post, pero claro despues de lo que ha hecho Pablo... jja

bezos

Anónimo dijo...

ualaaaaa

perdon, jo

pero no hes mui gordo, no? hademas, no te la recomendamos.