miércoles, 20 de febrero de 2008

CAPITULO 1 (Post 5)

Sigilosamente abandonó su escondite y con sumo cuidado se asomó de nuevo por la ventana. Los militares continuaban avanzando calle arriba entrando en las casas. Connor sabía que ni él ni su hermana podían permanecer allí durante mucho tiempo. Iban a buscarles y acabarían encontrándoles. Debían huir.
En la oscuridad de la habitación se concedió a si mismo unos minutos para recuperar el aliento y aminorar el rápido latir de su corazón. Mientras se reponía pensaba en hacia donde huir. Después de valorar las distintas opciones, la casa de su abuelo en St. John Forest le pareció la mejor opción. Estaba a casi cincuenta kilómetros de donde vivían pero era su familiar más próximo, vivía en una casa apartada a las afueras del pueblo y podía llegarse hasta allí atravesando la espesura del bosque de St. John, que conocía bastante bien gracias a las excursiones que había hecho con su padre. Sería duro, sobretodo teniendo que ir con su pequeña hermana, pero era más seguro que utilizar las carreteras. Probablemente esos militares ya habían puesto controles en todos las salidas.
Sin pensarlo más volvió al pasillo y abrió de nuevo la trampilla del desván. La encantadora sonrisa de su hermana no tardó en asomarse desde aquella oscuridad. Estaba claro que Jennifer no era consciente de lo que estaba sucediendo, en absoluto. En cierto modo Connor no quería que lo fuera, para evitarle el dolor, pero una parte de él sabía que tenía que explicárselo o su ingenuidad infantil podría suponer la perdición para ambos.
-Te dije que no te movieras de ahí –susurró Connor –¿Cómo sabías que era yo el que estaba abriendo la trampilla?
-¿Quién iba a ser? –preguntó Jennifer divertida mientras descendía por los escalones de madera.
Connor la cogió de la mano y la acompañó a su habitación.
-Jenni –le dijo- coge tu mochila del colegio y saca todo lo que tengas en ella. Después baja a la cocina. Nos vamos de excursión.
-Pero si es muy tarde… -repuso la niña- ¿Y papá y mamá?
-Están dormidos. No te preocupes por ellos. Vamos a ver al abuelo.
Los ojos de Jennifer se iluminaron al oir aquella última frase. Sin decir una sola palabra más se lanzó a por su mochila y comenzó a sacar de ella lápices, libretas y demás material escolar.
Connor se apresuró escaleras abajo hacia la cocina, no sin antes pasar por su habitación para recoger su mochila de acampada. Antes de que Jenni hubiera bajado a reunirse con él, el muchacho ya había llenado su bolsa con fiambre, una linterna, pilas de repuesto y su navaja de acampada.
-Yo ya estoy –dijo Jennifer.
-Vale –contestó Connor sin detenerse. Corrió de nuevo escaleras arriba y al cabo de pocos segundos regresó con un par de mantas finas. No les abrigarían demasiado pero eran las únicas que podían entrar en la mochila – De acuerdo Jenni, nos vamos. Sobretodo no te separes de mi. Si te digo que corras, corre. Si te digo silencio, te quedas muda. Si te digo que te agaches…
-Me agacho – le cortó Jenni divertida.
-Muy bien.
Connor abrió despacio la puerta de la calle. El rumor de los militares todavía se escuchaba calle arriba aunque se habían perdido ya en la noche. A pesar de todo, aún se percibía aquel extraño olor en el ambiente y, de vez en cuando, se escuchaban aquellos tétricos fuegos artificiales. Aunque Connor ya sabía lo que eran realmente, pensó que era mejor seguir refiriéndose a ellos de esa manera, por si acaso Jennifer le preguntaba. Y en el fondo, porque incluso a él mismo le tranquilizaba.
Después de comprobar que la calle estaba desierta atravesó el umbral e indicó a su hermana que saliera con él. Sabía que la mejor manera de salir del pueblo y adentrarse en el bosque era seguir la misma dirección que los militares pero, obviamente, ese no era el camino que quería seguir. La alternativa era rodear la urbanización bajando la calle durante cuatro manzanas, y allí torcer hacia la plaza de la iglesia. Desde allí se podía seguir la calle Garden que terminaba en el antiguo camino de Garden Hill. Aquel camino conducía directamente hasta el bosque y era el que habían usado los primeros pobladores de aquellas tierras para ir desde Dayton a Mermaid. El camino atravesaba todo el bosque y se bifurcaba en muchos senderos desde los que se podía llegar, entre otros lugares, a St. John. A su destino.
-Vamos Jenni- le indicó- A paso ligero pero sin correr.
Los dos hermanos comenzaron a caminar calle abajo. Connor iba delante tratando de no adelantarse demasiado mientras que Jenni avanzaba sonriente esforzándose por no separarse demasiado de su hermano. Su pequeño estómago era recorrido por sensaciones emocionantes. Sin embargo, algo la detuvo al cruzar la primera esquina. Algo captó su atención y, por un momento, se olvidó de que no debía separarse de su hermano. Cuando Connor se dió cuenta, ya e encontraba varios metros más adelante. Cuando notó que la pequeña Jenni ya no estaba justo tras él se volvió y pudo verla, parada en la esquina observando el cuerpo abatido de la señora Monroe en el asfalto. En ese momento Connor quiso gritar, correr hacia ella y zarandearla pero un enorme haz de luz recorrió toda la calle y el ruido de un potente vehículo que se aproximaba calle arriba le paralizó.
Fue extraño pero, Jenni intuyó enseguida que debía esconderse. En aquel momento fue como si todo cobrara sentido en su inmadura mente y el instinto tomara el poder. Incluso Connor se sorprendió de la rápida reacción de su hermanita. Sin embargo, él se encontraba más expuesto en aquel momento. Estaba lejos de una esquina tras la que poder ocultarse y más cerca del vehículo que ya se les echaba encima. Atrapado por la confusión corrió calle abajo separándose aún más de Jenni en un desesperado intento por alcanzar la siguiente esquina.
Pero no fue lo bastante rápido. El haz de luz recorrió de nuevo la calle y esta vez se detuvo sobre él. Le habían descubierto.

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Teniendo en cuenta que el próximo post enlazará directamente con el primero completándose así el primer capítulo ¿cómo consigue Connor escapar de esta situación? ¿cómo encuentra al grupo que huía por el bosque? ¿qué ocurre con Jenni?

martes, 5 de febrero de 2008

CAPITULO 1 (Post 4)

Tenía que actuar rápido. Aquellos hombres armados llegarían en cualquier momento y sabía lo que ocurriría si le encontraban.
Se obligó a pensar que sus padres no estaban muertos sino que habían sido drogados con algo a lo que, según parecía, él era inmune. Debía agarrarse a aquella esperanza como fuera para poder ocuparse de su hermana sin más demora. Además, estaba seguro de que en aquel estado de letargo no abrirían fuego sobre ellos. Ese era un riesgo que, ahora mismo, él si corría.
Connor salió del dormitorio de sus padres y se dirigió al de su hermana. Abrió la puerta bruscamente y entró como una exhalación. Aquel nauseabundo olor parecía más intenso allí dentro, y hacía frío. Connor apartó las sábanas y comprobó que su hermana no estaba allí. La ventana estaba abierta. El muchacho corrió a asomarse olvidando por completo que aquellos soldados podrían verle. La oscuridad en la calle era total salvo por los rayos de luz azul de aquellas linternas que estaban ya junto a la puerta de su casa.
Connor se dió la vuelta y entonces
-Buuu –dijo su hermana sonriendo y dándole un empujoncito con las manos.
Connor dio un respingo y ahogó el grito que podría haber significado su fin. Por un segundo estuvo a punto de dar una bofetada a su hermanita pero en lugar de eso la abrazó con fuerza.
-Te he asustado –dijo la pequeña Jennifer.
Connor, se agachó frente a ella y la agarró suavemente por los hombros mientras asentía. Después, sin decir una palabra, se llevó su dedo índice a los labios.
Un ruido sordo procedente de la planta baja les sobresaltó a ambos.
-Jenni –susurró Connor- ¿Te acuerdas de la cabaña del terror?
Jenni asintió poniendo cara de interés.
-Ya sabes que nunca te dejo entrar ahí... –continuó Connor mientras se quitaba una cordón que llevaba al cuello del que colgaba una llave herrumbrosa- pero hoy es un día especial.
Jenni sonrió.
-Sígueme y no hagas ruido.
Los dos hermanos salieron al pasillo y lo recorrieron hasta el final, donde se encontraba la puerta del lavadero. En el techo, justo antes del dintel de la puerta, había una trampilla que conducía al desván. Connor tiró de ella y la trampilla se abrió desplegando una escalera de madera. Con rápidez alzó a su hermana hasta el primer escalón mientras escuchaba pasos apresurados en el piso de abajo.
-Está muy oscuro –dijo Jenni volviéndose hacia su hermano.
-Es la habitación del terror, ¿qué esperabas? –le contestó Connor tratando de sonar divertido.
Jenni subió los tres escalones que la separaban del desván y desapareció en su oscuridad. Podía escuchar los pasos de aquellos hombres subiendo las escaleras. Era imposible que le diera tiempo a subir y plegar la escalera antes de que le vieran.
-Enciérrate en la habitación del terror y no hagas ningún ruido –le susurró desde el pasillo rezando para que le hubiera oído. Seguidamente cerró la trampilla y casi al mismo tiempo en que los soldados hacían acto de aparición se metió en su habitación y se escondió bajo la cama.
Desde allí abajo, temblando de pies a cabeza, pudo escuchar como aquellos soldados inspeccionaban cada una de las habitaciones. La última era la suya. Cuando penetraron en ella apenas estuvieron un par de segundos. Le sorprendió que no miraran ni siquiera en el lugar en el que él se había ocultado, probablemente el escondite más pueril y obvio de cualquier habitación. En lugar de eso, uno de los soldados encendió un walkie o algo parecido y habló.
-Sargento-
-Sí –pudo escuchar Connor entre el ruido de interferencias.
-Nos faltan dos. Connor y Jennifer Usher. Las ventanas de sus habitaciones están abiertas.
-No pierdan tiempo. Apúnteles en la lista y sigamos. El grupo especial se ocupará de encontrarlos, igual que a los demás.
Connor, entre aliaviado y sorprendido, pudo ver como las botas militares que habían invadido su dormitorio y su casa, se marchaban apresuradamente.

--PARTICIPA--

Como ya sabes por la primera entrada, tan solo Connor consigue huir desde la urbanización hasta el bosque. ¿Por qué se deja a su hermana atrás? ¿Le ocurre algo a ella? ¿Se separan más adelante?